sábado, 22 de noviembre de 2014

El sentido de la orientación educativa en la España de hoy

Texto correspondiente a la ponencia presentada en las II Jornadas Nacionales de Orientación celebradas en Madrid en noviembre de 2014.            
          En esta segunda década del siglo XXI reflexionar sobre el sentido de la orientación educativa en la actualidad de España, tiene sentido. El término “sentido”, como vemos es muy polivalente. En este artículo nos centraremos en dos de sus acepciones: “sentido como sentir” y “sentido como cada una de las dos orientaciones opuestas de una misma dirección”.
            Conversaremos con Pepito Wertgrillo y reflexionaremos juntos acerca del sentir de la orientación y el sentido hacia el que nos dirigimos. Pepito preguntará e intentaremos responderle.


¿De dónde venimos?
            La orientación educativa comenzó su andadura a comienzos del siglo XX como forma de dar respuesta a la complejidad que se generó en el mundo del trabajo como fruto de la industrialización. Más adelante, la conquistas de los derechos de las personas a lo largo de todo el siglo XX, ya sea de la infancia,  mujeres, trabajadores, minorías étnicas, personas con discapacidad, etcétera, asoció la orientación educativa a la atención a las personas con mayores dificultades. Por consiguiente, podemos afirmar que la orientación educativa es una disciplina compleja que surge para dar respuesta a problemas complejos de una sociedad compleja.
            El mundo del siglo XXI es aún más complejo, por eso el cúmulo de exigencias de parte de todos los sectores hacia la orientación educativa, está en muchas ocasiones desbordando esta disciplina, máxime en épocas de recortes económicos. En otras palabras, vivimos un momento en que hay un aumento inversamente proporcional entre el aumento de requerimientos a la orientación educativa y los recursos que se le asignan.

Entonces, ¿hacia dónde vamos?
            Los designios de la administración son imprevisibles, bien es verdad que ni siquiera la administración educativa sabe hacia dónde se dirige, cuál es su sentido. Lo que si vemos claro es que cada gobierno quiere empezar de cero en el sistema educativo con una visión cortoplacista, sin más perspectiva de futuro que el tiempo restante para las siguientes elecciones.
            Así vamos mal, primero porque no sabemos hacia dónde vamos, caminamos con esa gran mochila de exigencias pero sin sentido, sin saber hacia dónde y como decía Séneca “no hay viento favorable para quien no sabe hacia donde se dirige”.
            Y seguimos yendo mal, porque cada nueva etapa política obliga a hacer y deshacer como Penélope, de modo que tenemos la sensación, el sentir, de que nunca acabaremos de tejer el sudario, aunque nosotros sí queremos verlo terminado.

A qué pruebas te remites…
            Con este panorama líquido y de permanente interinidad es difícil prever qué será de la orientación educativa en los próximos años en España, por ello, intentaré sintetizar los momentos clave de la orientación educativa, es decir, definiremos los hitos históricos en que la administración apostó claramente por la orientación.
El primer hito coincide con el nacimiento de la orientación. A principios del siglo XX, la variedad de ocupaciones que requiere la industrialización, precisa de profesionales de la orientación que ayuden a los jóvenes a tomar decisiones. Por consiguiente, se potencia también la psicología y la psicometría.
Tras el paréntesis que la guerra civil y dictadura, el segundo gran momento de la orientación en España coincide con la década de los 70. La democratización y la apertura al exterior hizo que en estos años, se reconocieran derechos que habían estado silenciados, uno de los logros fue el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad a la inserción social, lo que hace necesaria la integración escolar. Para ello, para contribuir a hacer posible la integración escolar de los niños y niñas con discapacidad en los centros ordinarios, la administración educativa impulsa la orientación educativa y crea los primeros servicios de orientación en 1977. La generación de profesionales de la orientación encargada de impulsar la integración fue la denominada “generación de la iniciación” (Cobos, 2010).
El tercer gran momento de la orientación tiene lugar al principio de la década de los noventa, con la aprobación de la LOGSE y la extensión de la educación obligatoria hasta los dieciséis años y la puesta en marcha de la obligatoriedad en los institutos. Son los orientadores y orientadoras que inauguraron los departamentos de orientación en secundaria, la que se ha denominado “generación de la implantación” (Cobos 2010).

Luego, ¿la administración educativa utiliza la orientación?
            Efectivamente, lo cuál sería muy loable, si con ello la administración persiguiera como objetivo la mejora de la calidad del sistema educativo. Sin embargo, no es así. En los años setenta la administración utilizó a los orientadores para literalmente “luchar” por la integración en las escuelas, luchar contra personas de todos los sectores de la comunidad educativa, es decir, tanto contra familias, equipos directivos o contra parte del profesorado que ponía impedimentos a trabajar con niñas y niños con discapacidad en las aulas ordinarias.
            La preocupación de la administración es la cantidad más que la calidad. Superado ya el objetivo de la integración de la discapacidad, era necesario prolongar la escolarización obligatoria para asemejar el sistema educativo español a los del entorno europeo y que éste abarcara la etapa 6-16 años. La búsqueda de la modernización implicó al sistema educativo y se aprobó la LOGSE, lo que aparejaba que cada centro que se sumaba a la nueva ley recibiera un pack de recursos. Este paquete de recursos incluía al orientador, el profesional abanderado de la nueva ley, preparado, al igual que la generación anterior, para “luchar” con las armas de la psicopedagogía, contra nostálgicos recalcitrantes de la educación postobligatoria y voluntaria, que legitimaba la segregación con el argumento del esfuerzo.

Entonces, ¿la orientación resulta útil a la administración?
            Sí y no. Sí cuando la administración desea que se solucionen papeletas tan complicadas como las expuestas, pero no, porque no termina de comprender las posibilidades que la psicopedagogía y la orientación educativa tienen para conseguir una contundente mejora de la calidad del sistema educativo.

Dime pues, ¿cómo puede contribuir la orientación a mejorar la calidad del sistema educativo?
            Puede contribuir con mucho, porque como sabemos, la calidad sigue siendo un reto pendiente en el sistema educativo español, máxime con las actuales cifras de desempleo juvenil, resultados en informes tipo PISA y abandono escolar prematuro temprano. Los retos concretos son:
  • Contribución a la formación del profesorado en la práctica, especialmente del profesorado novel en prácticas, para desde la psicopedagogía dotar a los noveles de herramientas para la gestión de conflictos en el aula, desarrollo de la inteligencia emocional y estrategias didácticas para la optimización del proceso de enseñanza y aprendizaje.
  • Generalizar la evaluación psicopedagógica a toda la población escolar para prevenir las dificultades y optimizar la respuesta educativa en cada caso.
  • Detección precoz de las dificultades de aprendizaje para su abordaje inmediato de cara a prevenir el fracaso escolar desde los primeros años de escolaridad.
  • Atención educativa compensatoria en contextos familiares de desventaja socioeducativa desde el trabajo conjunto con las familias y los servicios sociales comunitarios.
  • Trabajo coordinado, “de bisagra” entre el sistema educativo y los servicios sociales, salud y justicia para rentabilizar esfuerzos en todos los asuntos relativos a los menores.
  • Orientación profesional sistemática y rigurosa para favorecer la inserción profesional de los jóvenes de cara a disminución de las escandalosas cifras de desempleo juvenil.
  • Orientación para toda la vida: orientando a las personas a lo largo de su vida profesional para afrontar contingencias profesionales tales como: formación permanente, cambios de empleo, actualización en el puesto de trabajo, desempleo, jubilación, etcétera.
  • Contribución desde la infancia, la adultez y la ancianidad al bienestar de la población desde la orientación educativa, trabajando el asesoramiento individualizado y el diseño y desarrollo del proyecto de vida. Se trata de una inversión a medio y largo plazo que beneficia a la sociedad en cuestiones vitales como la prevención de trastornos de salud mental y física, prevención de adicciones, sexualidad responsable, mejora de la convivencia, potenciación de valores educativos…

Todos estos retos precisan de una mayor inversión de la administración educativa. Si la administración educativa quiere realmente mejorar la calidad del sistema educativo español es imprescindible que vuelva a utilizar la orientación educativa, potenciando la generación de profesionales que hemos denominado “generación de la generalización” (Cobos, 2010) con el objetivo de llevar la orientación educativa a toda la población. Para ello, la administración tendría que avanzar en las siguientes líneas:
·         Aumento de recursos humanos para la orientación educativa, especialmente que la ratio de alumnado por profesional de la orientación se ajuste a lo que aconseja la UNESCO, un orientador u orientadora por cada 250 alumnos y alumnas.
·         Definir un sistema educativo estable y con él, un modelo de orientación educativa con unos pilares básicos comunes para todo el Estado Español, que evite que existan tantos modelos educativos como comunidades autónomas.
·         Optimizar los profesionales de la orientación educativa como un valioso recurso para el asesoramiento especializado a toda la comunidad educativa.
·         Escuchar y tener en cuenta las aportaciones de los profesionales de la orientación educativa en el diseño y desarrollo de iniciativas de mejora del sistema educativo.

Mejorar la calidad del sistema educativo pasa por un trabajo profesional y de equipo coordinado consistente en que ningún alumno ni alumna se quede atrás sea cuál sea su dificultad. Las dificultades a veces son crónicas y otras coyunturales, a veces tienen su origen en la discapacidad, en el origen social o en pautas educativas inadecuadas en casa o incluso en el centro educativo, pero siempre pueden abordarse, como dice Miguel Ángel Santos, “no hay alumno que se resista a diez profesores que se ponen de acuerdo”.
Otro reto urgente al que tiene que hacer frente al sistema educativo es la cualificación profesional de la población. Ya sea con la formación profesional inicial reglada o con la formación para el empleo, es necesario conseguir que toda la población española pueda acreditar una cualificación profesional para que España gane en productividad y en competitividad en el exterior.

Y ¿Cómo nos hacemos oír?
            Los profesionales de la orientación necesitamos hacernos oír y tenemos conciencia de ello, por eso estamos unidos y coordinados en asociaciones profesionales repartidas por toda España. La COPOE, Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España reúne a 22 organizaciones que representan a asociaciones de profesionales de la orientación de 14 comunidades autónomas.
            Cuando los profesionales de la orientación estamos unidos y coordinamos obtenemos los siguientes beneficios:
  • Ganamos en visibilidad tanto social, como en los medios de comunicación, ante la administración, entidades privadas y otras organizaciones profesionales.
  • Nos constituimos como un interlocutor válido para negociar con la administración. En estos momentos es más necesario que nunca, pues se está recortando en orientación, si acaso más que de otros ámbitos educativos, porque hay quienes siguen pensando que la orientación es algo accesorio y prescindible en el sistema educativo. Por ejemplo, se están suprimiendo plazas de profesionales de la orientación tanto en la educación pública como en la concertada, se cubre gran parte del horario del orientador con docencia, no se convocan plazas en las oposiciones de la especialidad de orientación educativa…
  • Hacemos posible la creación de una red profesional, activa y colaboradora que propicia vínculos personales y profesionales, que ayudan a mantener la ilusión y el entusiasmo por la profesión.
  • Como organización, podemos firmar convenios de colaboración con entidades como fundaciones, editoriales, asociaciones, universidades…,  con quienes compartimos objetivos para poner en marcha proyectos comunes de los que se beneficie la orientación educativa y sus profesionales.
  • Generamos espacios de coordinación e intercambio ya sea para las buenas prácticas, como para las inquietudes profesionales. En nuestra especialidad es común el estrés, la sensación de sobrecarga de trabajo, la frustración por no poder llegar a todo, por no saber de todo…
  • Propiciamos el trabajo en equipo para el desarrollo de proyectos en una dinámica profesional que emana del asociacionismo. Evitamos de ese modo esa “soledad” que en algunos momentos hemos sentido los profesionales de la orientación.
  • Diseñamos y organizamos actividades formativas que responden a las necesidades cotidianas que tenemos los profesionales en la práctica, sin tener que seguir directrices externas.
  • Publicamos materiales que nos resultan prácticos y recogen el sentir de nuestro colectivo profesional. Una contribución más a la consolidación de nuestra identidad profesional.
  • Creamos un contexto profesional, libre e independiente de administración alguna, al margen de partidismos, sin más nexo común que el convencimiento de que la orientación educativa puede hacer posible la mejora de la calidad del sistema educativo.
Como ves, Pepito, existe un sentir compartido sobre qué es y para qué ha servido y sirve la orientación educativa. También conocemos cuál es el sentido hacia el que debemos caminar. Estamos trabajando juntos, organizados en nuestras asociaciones y en la COPOE para hacernos oír, porque somos orientadores y sabemos en qué sentido debe continuar nuestro camino.

Bibliografía y documentación

COBOS CEDILLO, Ana (2010): La construcción del perfil profesional de orientador y de orientadora. Estudio cualitativo basado en la opinión de sus protagonistas en Málaga. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Málaga.

Este texto se presentó en las II Jornadas Nacionales de Orientación celebradas en Madrid en noviembre de 2014 y fueron organizadas por la Asociación Orientación y Educación Madrid.

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